martes, 30 de junio de 2009

Georgina Spica

-Me gasto 400 £ por semana en ropa.
The cook, the thief, her wife and her lover Vestuario: Jean Paul Gaultier

domingo, 28 de junio de 2009

Portraits

Clark Gable y Joan Crawford, 1931
Humphrey Bogart y Lauren Bacall, 1945
Charles Boyer y Hedy Lamarr, 1938
Old Hollywood is over? Release the stars. Rufus Wainwright

sábado, 27 de junio de 2009

La Venus negra

La princesa Tam-Tam (1935) Dir: Edmond T. Greville
Ya en 1927, Josephine Baker era la artista del espectáculo mejor pagada de todo Europa y rivalizaba con Gloria Swanson y Mary Pickford por ser la mujer más fotografiada de todo el mundo.
Para que te traten bien ¿hay que estar bien vestido?

martes, 23 de junio de 2009

Anuncios

Borsalino (1970) Dir: Jacques Deray Alain Delon, Jean-Paul Belmondo
En un severo cartel enlosado en el que unos pequeños raspones son prueba de que ya ha superado los cien años, la disposición anuncia: “Por orden del Comisario se prohíbe entrar armado y con sombrero puesto al despacho de bebidas. Orden policial. Febrero 1892”. Entramos al salón donde según los anuncios publicitarios, podríamos comprar una Bidú para los chicos, beber nosotros una Lusera o una Havana, pedir para la señora que está con dolor de cabeza un Geniol y ¿por qué no?, probarnos un sombrero Borsalino confeccionado por “Borsalino, Giuseppe e fratello”.

sábado, 20 de junio de 2009

Nunca mires una vitrina con sombreros...

...me sorprende que los sombreros de mujer no provoquen más asesinatos...
Testigo de cargo (1957) Dir: Billy Wilder Marlene Dietrich, Charles Laughton, Tyrone Power Vestuario: Edith Head.

jueves, 18 de junio de 2009

Lineas (Ch. Dior)

Tras la Segunda Guerra Mundial la mujer encuentra, definitivamente, el sitio de su cintura y la forma de su cuerpo. La mujer consigue por fin, parecerse a sí misma. Pero no hay que hacerse muchas ilusiones. Los modistos inventan varias líneas femeninas nuevas: la A, la H, la O (de tan arcaica raigambre), la I, etc. A pesar de ello, las mujeres conscientes no hacen caso y siguen utilizando la línea natural, que no es precisamente, la distancia más corta entre dos puntos.

sábado, 13 de junio de 2009

Joyas masculinas

La norma general es que el hombre debe llevar pocas joyas y muy simples. Las más usuales, además de la alianza de matrimonio son: la aguja del cuello de la camisa, el alfiler de corbata, los gemelos, el reloj, la hebilla del cinturón, y las condecoraciones e insignias. El alfiler de corbata tiene su origen en la aguja o imperdible que se llevaba en el siglo XVIII para mantener en su sitio la voluminosa lazada de muselina o encaje que estaba de moda. Buena solución para que la corbata no se mueva, sobre todo si es de seda fina. Las corbatas de tejido grueso es mejor llevarlas caídas y sin ninguna sujeción. Los gemelos son imprescindibles cuando se llevan puños dobles. Las hebillas de cinturón deberían ser discretas, sobre todo en trajes formales. Las condecoraciones únicamente se ponen con uniformes o con jaqué. Van en la solapa izquierda, en fila y de arriba-abajo según su importancia. Las insignias indican la pertenencia a algún club o asociación. En el siglo XVI, cuando la fabricación de relojes estaba a cargo de los cerrajeros, aparece el reloj de colgar, al parecer, obra de un cerrajero alemán que redujo la maquinaria hasta adaptarla a una caja de píldoras, a la que le puso una tapa de cristal. Estos relojes se llevaban colgados de una cadena o cordón. Los primeros relojes de muñeca se fabricaron hacia 1890. Al principio no tuvieron éxito porque se consideraban pulseras, propios de las mujeres, pero durante la I Guerra Mundial, los adoptaron los oficiales, porque era más fáciles de consultar, y desaparecieron las connotaciones femeninas. Hacia 1930 se hacen sumergibles, y en 1969 se hizo un reloj para ir a la luna, el Speedmaster, diseñado por Claude Baillodin y rigurosamente probado por la Nasa. El reloj electrónico digital, preciso y de fácil lectura apareció en la década de 1960.

martes, 9 de junio de 2009

Solapas

El origen de las solapas de la chaqueta está en las altas túnicas militares de cuello alto. Para ir más cómodos, los soldados desabrochaban los botones de arriba y abrían el cuello. Cuando su uso pasó al traje civil, los sastres mantuvieron la muesca que marcaba el inicio del cuello originario y el ojal en el lugar en el que la túnica cerraba el cuello.

miércoles, 3 de junio de 2009

Pensá en rosa!

Funny Face (1957) Dir: Stanley Donen Vestuario: Edith Head & Hubert de Givenchy